Escupe la noche estas palabras sobre mis rostro.
"con bestial dulzura rouge y risas de Varón B"
así reza la canción.
Luché toda la semana, todo el fin de semana, para volverme una máquina de lectura y redacción. Para que mi mente funcione como una compactadora de letras e ideas, dejando un bloque uniforme y ordenado de conocimientos. No funcionó. Tengo un plan B. Soltar. Leer y que las palabras se acomoden solas. Y veremos qué pasa.
Una guitarra que suena rubia,
enrulada, ardiendo las curvas de sus notas.
del amarillo al rojo,
repitiéndose,
sin piel,
decididamente
tomando posición en el salón.
Desafiante,
sentó sus bases,
sentó sus muertos y rayos de otoño.
Repartió sus cartas de café
y comenzó la partida
con la noche como premio.
(siempre que pienso en un bar, e piso es de damero y las sillas son viejas. Esto es una aclaración)
¿es mio el derecho a decir todo esto?
Mias son las cartas,
marcadas con trigo y sangre,
que se bañan de paño y helechos,
que ahogan tus goles en mis razones,
siempre gano,
siempre.
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