gotean espejos hacia el cielo,
mientras la música se arrastra
caracoleando notas,
pegajosa y luego seca, fresca.
escaleras, juegos de luces ideas de idas y vueltas,
terciopelos apoltronados en el sillón,
pasos que flotan el verbo,
versos que nutren al viento.
Siento que este poema se me escapa de las manos,
y se vuelve real.
Ruidos de pinotea,
crujidos añejos,
el sol de la mañana
el ruido de la mañana ya con la cara lavada,
este poema se me va de las manos, aún
cuando las palabras vienen como pegadas, desdoblándose.
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