martes, 21 de abril de 2009

Y un día escribí

Después de varios intentos fallidos, de empezar y perderme en una nube de formalidades, retomé la tarea de subir mis cosas.
Este medio bien utilizado puede servir para ser comunicativo, y desde ahora es lo que quiero explorar. durante mucho tiempo me escondí en la vanidad, de mis frustraciones en la vida terrenal. El internet es un herramienta que puede abrirte al mundo o generarte una doble vida.
En este lapso en que no subí nada, me dediqué a hablar, a decir cosas relevantes -traté con resulñtados dispares-, de sentirme escuchado, pero por sobre todo de escucharme y sentir que decía cosas concretas, que decía lo que pensaba.
Hace meses que insisto con este tema, y casi no me dedico a otra cosa, aunque a veces surgen, porque necesito ser constante y llegar a una conclusión, a resolver.
Muchas veces me frustré pensando que no tengo credibilidad, sin embargo me di cuenta que nounca la voy a tener si no sostengo una postura, si no salgo del ostracismo espiritual y fluyo como persona. Por último, les dejo el inicio de un libro que si voy a terminar:
Mi Trabajo Espiritual-Transversal

Introducción

En este compendio de ensayos breves, voy a llegar a resolver cuestiones existenciales tales como la razón de la mala toma de decisiones en cuanto a las actividades a realizar, mis miedos, mi necesidad de agradar, de sentirme comprendido.
Elegí este formato porque es en el que me siento más cómodo, lo que no quita que esto pueda cambiar y aparezcan poemas, cuentos o ensayos más largos. En tal sentido, es un desafío para mi explorar otras formas de escritura.
Por otra parte y como para ir culminando esta breve introducción, el título es un forma de recordarme que no tengo que dudar respecto del trabajo espiritual, que solo por hoy se que esta es una de las pocas formas que conozco de conocerme, de comunicarme. Que no tengo que esperar nada grandioso, más que recorrer de punta a punta mi ser y mi vida terrenal, de ahí lo transversal, desde lo más sublime del ser a lavar los platos.

I

Señor ¿Cómo hacer para no volverse loco ante el error?, sigo tropezándome en ciertas baldosas mojadas. Siempre las mismas. Otra vez volvía dejarme estar, y frustrarme. La verdad es que no soy un tonto, que mi cerebro funciona bien, que estoy sano –todo gracias a Vos- y que no puedo ver porqué me boicoteo y pienso por ejemplo, que no puedo unir ideas espirituales. En este momento de mezcla de impotencia, fastidio y bronca, levemente contenida soy conciente de que no hay razones para no ver que mi desidia, haraganería, está enteramente relacionada con por ejemplo la falta de comunicación, o las trabas que siento para hacerlo. Creo que siendo yo el mismo que comete todas estas faltas –y otras que no cito ahora- tengo que ser yo quien encuentre ese hilo conductor que las resuelva.
Me pregunto qué es trabajar, me canso de dudar, de sobreestimar lo externo. Ya me lo dijeron –que ironía- escuchá lo que sentís, dale bola y nada. Insisto en agradar, en conformar, en negociar mis sensaciones.
Hoy perdí la oportunidad de obtener una beca. Hipotequé mi futuro. Esto es el resultado de un gran error de mi parte. Tuve la buena intención de recopilar la información sin pedir ayuda y cómo terminé, me faltaban tantas cosas que ni siquiera llevé algunas cosas que tenía en casa. Ni siquiera me quedaron fuerzas para volver a casa a buscarlo. Me siento muy avergonzado, aunque se que la vergüenza no sirva de mucho. No quiero compadecerme, no quiero echarle la culpa a nadie ni cargarme con una cruz imposible de llevar. Por momentos odio a la humanidad, a Vans, a la cuota, a la situación del país y de un salto todo ese odio cae sobre mi, y mi estupidez, mi desorden. Hay un punto medio que debo encontrar a la hora de hacer las cosas. A parte, simplificando el problema debo hacer simplemente lo que hay que hacer, ni más ni menos, salir del barullo de querer hacer todo y de perderme en la tangente del Sin Sentido. Señor necesito aprender a priorizar.