todos mis labios estallaron de miedo
y acá están,
rusos, morbosos y jadeantes.
Yo me niego a aprender de la muerte
cada una de mis sonrisas,
aunque sería el camino más lógico.
Ametrallé a mis sueños contra la pared,
y su sangre salpicó tus latidos,
(A ciencia cierta no se si me merezco este poema, sin embargo, vuelvo a estallarolo acá. Ahora me dedicaré a buscarme en los rincones, a baarres mis lágrimas roñosas y darles forma de hierro)
Furores nevados por esa transparencia
Que es la soledad,
Versos menguados
Fundidos en un atardecer
Indómito.
Otra vez único,
Prendido miedo,
Otra vez certeza,
Ardido muerte,
Sentado ante los tiempos
No niego mi entrega
Otra vez iluso
Apagando estrellas,
Para volver a verte
Otra vez perdido
Sigo alentando desde mi desvelo.
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