Estos últimos post tienen varios destinatarios. Dos para ser precisos. Uno todo lo sabe, lo conoce antes de que se me ocurra. El otro ente divino no se si lo lee. Quizás nunca lo vea. Hoy mi cobardía me lleva a dejarle pistas acá. Hace un tiempo que me arrastro en el fondo de la miseria. Que vivo al borde la insanidad total. Obvio que sin sano juicio. Ya es algo normal. Decidí que para mi era lo mejor, que no iba a descuidarte más, que no iba a maltratarte con mi locura. Duele mi decisión, pero creo que es sabia.
Hoy me toca romperme todo, morirme todos los días con la esperanza de volver a nacer alguna vez. Hoy me toca no idealizarte, darte un lugar humano, con errores, y con esas virtudes que me enseñaron tanto, que fui un cómodo y viví de eso. No me hice cargo de mi vida. En casi 27 años que tengo, recién un día como hoy puedo decir que empiezo a hacerme cargo de lo que me toca vivir. Vengo luchando hace mucho, es cierto, y nunca le di valor, pero también es muy cierto que siempre esperé un límite. Siempre lo quise. Toda mi adolescencia me los puse, Marco no te mames tanto, no fumes faso, no pruebes merca, no te enfiestes, estudiá que es lo tuyo, no confies en tus ideas. Nunca confié, nunca me entregué, o casi nunca, pero yo siento qeu nunca porque suelo dudar, volver atrás, y darle de nuevo y así. ¿A donde está ese pibe, ahora ese hombre que juega ala pelota se la banca ante cualquiera?. Porque juego al fútbol así, conociendo mis limitaciones y yendo hasta ese límite, me quedó ahi y juego todo el partido.
Hoy estoy en las ruinas de mi vida. Ni puedo levantar la mirada, solo veo lodo, y con suerte fuego y edificios rotos. Sigo vivo. Hoy deseo que lña suerte cambie, que ojalá me ponga bien. Hoy te extraño, mucho. Hoy se que no puedo ni pensarte sin llorar. Pero asumo que no estoy bien, que estoy en el fondo y que así es la vida. Acepto que me equivoqué, que sabía que me venía cayendo y no pude más, y me entregué, como pocas veces en la vida, bajé los brazos, decidí que pase lo que tenía que pasar y pasó. Y me va a doler siempre, porque no quería eso. Porque años pelee contra mis debilidades y no puedo más. No puedo contra esto que me pasa, soy un último latido constante, pero el que seguro ya leyó esto, quiere que yo esté acá. Yo no se bien el porqué, así que espero poder seguir entregando mi vida a eso. Espero confiar. Ojalá pueda vivir de la confianza, de saber que la fe me despierta todos los días y me lleva al laburo, a ver a los amigos, a la terapia, y que tambien esa me empuja a pensar en vos, a no olvidarme, a doler todo lo que tiene que doler. Espero, o más que esperar quiero desear, quiero con toda mi alma, confiar al tal punto que no me importe inmolarme una y mil veces por lo que creo justo. Aún sabiendo que voy a estar como estoy hoy, en el horno mismo.
Gracias a Dios.
Gracias a Vos.
Gracias al Dolor.
Hoy agradezco aunque me duele todo, estoy luchando para no salirme del foco, al menos no salirme del todo y caer en la compulsión. Hoy peleo llorando, hoy peleo con lo que me queda de amor propio. Hoy peleo porque quiero ser feliz. Y no soy un intelectual, no escribo bien, no escribo mal, hoy escribo porque es la mejor arma que tengo para exorcizar la miseria que me ronda. Hoy peleo con tra la obsesión, porque no quiero que seas eso para mi, hoy quiero quererte con salud, aunque sea desde acá. Aunque no sea como yo quisiera. Me quivoqué mucho y pido perdon, te hice mucho daño y de verdad lo lamento. No pude hacer otra cosa. Hoy trato de perdonarme y por momentos lo logro. Acuté con la malicia del que planea, y con el miedo de una rata acorralada. Porque asi actué como una rata. Y traté de sacarte de mi vida. Y lo logré, muy a mi pesar. Creo que ya no tiene sentido seguir. Me voy a rendir, ni se cómo me va a ir, confio en que con ir es suficiente, hice lo que pude, lo que el dolor me permitió.
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