jueves, 21 de febrero de 2013

Mamá sabe bien pequeña princesa, cuando regresé todo quemaba

La guitarra se hamaca
en una lágrima,
amaneció.

Volviste a buscar
la tersura de un sábado a la mañana,
ese sol perlado,
esa calle sonriente.

Volviste,
y todo quemaba.

Solo Dios sabe
si la noche fue más oscura,
si el verano es verdad.

II

una ciudad inundada,
un bote que rema sangre,
más el fuego se lleva
lo último que queda de un almacén.

III

Caer labios,
caer la inocencia
en el absurdo,
embarrarla con nudos
y roñas.

Quiero una centella
verde y naranja,
un mundo libre y en ruinas,
Nacer.


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