jueves, 21 de febrero de 2013

de Santelmo a Viyurca

Es curioso el recorrido del 93. Nace en la suburbial y fabril atmósfera de Avellaneda, desgarra la ciudad en dos pedazos desparejos y muere en un jean fabricado en Munro. 
Es básicamente como todos los colectivos, aunque mantiene sus colores, y eso lo hace más digno. Mantiene sus carrocerias sucias y anacrónicas. Se baña en hollín y pasa muy desapercibido. 
No se bien porqué me resulta curioso el viaje en el 93. Quizás porque sabe que siempre voy hacia un luagr importane en él; o porque ahí, además, siempre tengo con quien dialogar.
A veces, con algún viajero del tiempo, con un periodista, una coja, con un asesino. Su luz es casi una tortura, pero no impide que yo pueda dialogar.
Hoy Augusto Remo Erdosaín se subió al bondi yendo vaya uno a saber dónde. A Remo lo tengo visto de la sociedad teosófica y le había perdido el rastro. Parecía un tipo común, con alguna que otra veta soñádora.
Me contó todas sus penas, o casi todas. Terminé de conocer la miseria. Podría decir que toqué fondo en sus relatos, en su amargura perpetua. 
Me contó que Él siempre soñó con el vacío, que se imaginó una vida que en sus tripas sabía que no era para él. Que conoció a un astrólogo en Temperley y lo va a ayudar a fundar su sociedad secreta. Mañana, Barsut, aquel de los ojos verdes y eprfil aguileño o algo así, va a morir. Y pensar en eso le cambió la vida. Y hacerlo lo volverá un alma sin Dios, un alma propia.
Atiné a decirle que no era necesario que alguien muera para volver a nacer. 
Pero su suerte está echada. Él ya jugó sus dados resignados.
Mañana Barsut será un cacho de carne que nadie va a llorar. Una revolución absurda -como tantas otras- se desatará y todos compraremos rosas metálicas. Pero Erdosaín, aún así, no será felíz.
Él ya eligió.
Y cuando alguien elige, hay que dejarlo.
Gracias al cielo, otros, tuvimos la suerte de elegir distinto.
Gracias a Don Roberto, que con su lucidez supo avisarnos a muchos que quien elige la tristeza no necesariamente será una persona triste, sino algo mucho peor, dará lástima.

Esto realmente va dedicado con total humildad a Roberto Arlt, que con sus Aguafuertes me hizo nacer como hombre y con sus 7 locos me está terminando de curtir.

3 comentarios:

-GF- dijo...

"... ahora el coraje está en mí encogido, escondido. Yo soy mi espectador y me pregunto: ¿Cuándo saltará mi coraje? Y ése es el acontecimiento que espero. Algún día algo monstruosamente estallará en mí y yo me convertiré en otro hombre."

Mi buen MM, sólo puedo recordarle que ambos, en su determinado momento, hemos pasado por aquel sentimiento... y hoy seguimos respirando...

-GF- dijo...

Y le regalo ésto, que dicta el prólogo de Mirta Arlt, en uno de mis "7 locos":
"En ese estado de hipersensibilidad todo puede maravillar pero también sobrecoger. Las revelaciones son inesperadas, insólitos los entusiasmos, imprevisibles las reacciones."

Gran abrazo, gran amigo

Ire dijo...

Creo que entro dentro del grupo de los advertidos de Arlt (por suerte). Creo que nunca tomé el 93.
Creo que cuando ande por San Telmo me lo voy a tomar.
Saludos!