jueves, 19 de enero de 2012

Vidrios y Soles

I

Enloquecen martillos,
enloquecen rotos,
recios y llenos de lodo.

Lloran sus esquilas,
lloran su distancia,
y se buscan en el suelo.

un violin desvencijado y acuoso
ilumina la costa,

II

Demasiado sanguineo,
el cielo de oro
besa a la lluvia.

Demasiado puro,
su cuerpo se derrama
en el horizonte.

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