viernes, 27 de enero de 2012

Gustavo Adrián Cerati

I

No puedo esconderme de la noche,
no debo sentir el paso de las horas.

Soy un rayo herido,
y la medicina que nunca llega.

Me abrazo a tus ojos y nunca llego a tocarlos.

Llamas de viento que no ceden,
toda la noche me quedo esperando
y nunca sucede la cruz.





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