El lado que brilla
decidió alunizar,
El lado que brilla fue ultramar.
Sigo escribiendo poemas de a pedazos,
sigo mirando al viento aterrador,
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Castillos de mar
me suena toda tu miseria
tan fresca,
yo no puedo salirme del ritual,
circular, frenético
ya del otro lado,
ya en ningún lado,
ya en tu vientre
quisiera nacer,
alucinando tu pelo enterrado en mi piel.
lágrimas labiales,
purpureas,
espumas de mármol,
baldean mi patio,
un sábado a la mañana.
(me acabo de acordar que cuando mi vieja, mi amada mamá, baldeaba el patio de independencia, yo jugaba, me mojaba los pies con el balde azul...)
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