En el lado sur del Sol,
la voz de los relojes
se busca en el reflejo
de una pileta incendiada.
Deshidratado
vagando en un desierto de canciones,
arrodillo mis labios
y agradezco.
Solo de cristales se hacen los muros,
solo titilan tu vientre falso,
solo soy un martillo de ácido y acero,
que sale corriendo a fundirse.
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