(Colores unísonos,
duermen en el umbral
de los lapsos.)
Acordes rotos,
labios trémolos
reciben su lengua furiosa,
la sed de los mares,
tratando de morir ayer.
un cielo color odio,
seduce a los vientos y su piel granate,
arboles desnudos de miedo
resisten con los ojos abiertos.
No tiene sentido escaparse del amanecer,
su sombra soleada vendrá por nosotros,
mejor que nos encuentre
ansiosos,
jadeando vértigos,
rebotando en la quietud,
quebrando a la noche en partículas de azufre.
(Camuflando a la noche entre tus piernas,
puede el tiempo alguna vez amar. )
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