martes, 26 de julio de 2011

Post-amasado

Vibrar las arpas
de las cuerdas,
volverse voz y a la vez trueno.

Fragmentos que suenan
gotas de diamante,
ríos rotos,
turbios vuelos.

El cielo en cámara rápida,
viejos centímetros del amanecer
sentados
viendo el desfile
de labios agitados
y muertes bailando.

II

Que no tiemble la noche
ante tu vientre,
que no agonicen las estrellas
al son del rocío y la escarcha.

Hiervo vida,
evaporo mis entrañas
y respiro casi ahumado,
mis versos retosando
en la orilla.

Olas de mi alma
que se abrazan con el viento,
con tu anhelo.


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