I
Deja a mis soldados ahí,
Respirando el océano.
Tu piel sed,
Será mi verdugo y mi redención
No le digas a nadie
Tu sabor ni tu suerte,
Ese es nuestro secreto.
Debajo de las olas,
El brillo fresco.
Afuera,
El muro eólico,
Con las nubes desparramadas y seguras.
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