Nueve esferas
que ruegan
radares líquidos.
el beso calmo de tus manos juntas,
disparos de fe
desangran a los ángeles vencidos.
Como me di cuenta de que no lo lee casi nadie, ni me gasto en decir que ya no espero que hayan debates y esas cosas. Yo subo, ustedes leen y si quieren comenten y si no, no.
lunes, 23 de julio de 2012
Poema Gala
Rugen los músculos del alba,
guitarras histéricas que inundan de rayos al sol,
laten los extremos del horizonte
Un tibio marco que sostiene con el sudor
de lo inerte,
al horizonte.
guitarras histéricas que inundan de rayos al sol,
laten los extremos del horizonte
Un tibio marco que sostiene con el sudor
de lo inerte,
al horizonte.
Poema 1
Los ojos reventados,
sin hijos,
salieron a ver al mar nacer el cielo.
Mis ojos murieron
bailando sobre una yilé.
sin hijos,
salieron a ver al mar nacer el cielo.
Mis ojos murieron
bailando sobre una yilé.
jueves, 12 de julio de 2012
Pequeños Diciembres tirados en un cajón
Ojos electrificados,
perlas violetas
que gimen
la fe.
Un suave vergel
amanece,
bajo la sonrisa
de muros blancos.
No se esconden
bemoles en el cielo.
martes, 3 de julio de 2012
gritos de la noche
enferman los poros
del centro de la humedad,
gotas sonoras se tiñen.
Descienden rosas,
sus puños son grises
y laten en silencio
II
colillas de rosas,
hojas de fluidos amarillentos
de dientes olvidados en un bar,
deambulan mesas
que desconocen la luz.
del centro de la humedad,
gotas sonoras se tiñen.
Descienden rosas,
sus puños son grises
y laten en silencio
II
colillas de rosas,
hojas de fluidos amarillentos
de dientes olvidados en un bar,
deambulan mesas
que desconocen la luz.
Pequeños soldados de otoño
Pequeños soldados de otoño,
arden las brasas que salpican
el mediodía,
húmedas venas de la noche,
verbos que viven detrás de la niebla
violacea de tanto amar.
Pequeños soldados de otoño,
no teman a las curdas del vacío,
y vuelvan en tranvía al arrabal.
arden las brasas que salpican
el mediodía,
húmedas venas de la noche,
verbos que viven detrás de la niebla
violacea de tanto amar.
Pequeños soldados de otoño,
no teman a las curdas del vacío,
y vuelvan en tranvía al arrabal.
Acuoso
I
Deja a mis soldados ahí,
Respirando el océano.
Tu piel sed,
Será mi verdugo y mi redención
No le digas a nadie
Tu sabor ni tu suerte,
Ese es nuestro secreto.
Debajo de las olas,
El brillo fresco.
Afuera,
El muro eólico,
Con las nubes desparramadas y seguras.
lunes, 2 de julio de 2012
EL PRIMERO DE LA LISTA
No se puede mirar a la sombra sin ser el sol.
los muros flamean el paso de las voces,
rigidas rodillas que gritan a destiempo
que gritan demasiado tarde.
Creo que los gusanos
ya son dueños de mi piel,
y volvì a nacer.
Humillemos a los que
nos dieron azùcar cansada,
ya no es tiempo para ellos.
II
libaciones vegetales
hoy zarpamos hacia el misterio
de la luz
y somos mar.
me rompo y floto,
roto y fulgurante
levitar la paciencia que fuimos
y la verdad que somos.
domingo, 1 de julio de 2012
Hilos de Agua
Se agita la niebla
sobre las dulces venas del invierno,
y quien sabe cuántos
árboles abrazarán
las frías espaldas de los edificios
sobre las dulces venas del invierno,
y quien sabe cuántos
árboles abrazarán
las frías espaldas de los edificios
Algo suelto
Hoy silbé campos magnéticos. Me propuse presenciar mis recuerdos desde acá y dejarlos durmiendo en el alba, abrazados al rosicler y sus formas. Miraba el muro vacío, la totalidad crómatica de las 9 de mañana de un día de invierno. No eran más que adoquines. Tan solo la calle y su verdad. No hay crueldad en el ser, no hay pereza, ni desesperación. Sartré se equivoca cuando dice que el árbol crece sin ganas, crece despacio. No estoy seguro de cuántas ganas tenga de nacer.
Somos formas que nunca se aparean. Ahora la noche titila sangre, y bostezos frente a los televisores. Somos y eso puede ser irremediable. Somos enfundados en la noche y desnudos entre las estrellas. Mis recuerdos siguen durmiendo y no pienso dejarlos despertar. No sin antes asegurar su muerte.
Somos formas que nunca se aparean. Ahora la noche titila sangre, y bostezos frente a los televisores. Somos y eso puede ser irremediable. Somos enfundados en la noche y desnudos entre las estrellas. Mis recuerdos siguen durmiendo y no pienso dejarlos despertar. No sin antes asegurar su muerte.
HEPÁTICO
pequeñas albuminas
que remueven la ictericia,
pequeñas escamas que nadan en la mugre
de los intestinos
a quien le importan los inciensos de ayer,
si se fueron sin avisar.
veo la autopista que parece
fumarse pausadamente,
sin gracia.
II
Sentado y ribosómico,
creo entender a las sombras
de cada llanto,
sentado acá,
estoy seguro de saber los pliegues
densos,
la mirada risible,
ya no puede ser más nocturno
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