I
Rostros rojos,
rostros que respiran sangre.
todas las nubes alienadas
y llenas de una acuarela cruel.
¿vos viste de dónde vienen
los ojos en esta noche de fuego?
Me parece que mis labios son
tiernos asesinos,
suelen dejarme espantado
en una cuadra,
mirando numerosos
pliegues.
II
Jinetes azulados,
vienen veloces espejos
en su piel,
vienen muriendo la necesidad
de respirar,
la fiebre de este edén.
III
las cosas chocan y se aman,
pálidas son las mentes en este nuevo amanecer.
suelen ser naranjas las olas,
pero hoy toda la sal
se ahoga,
en los vientres
de un sol violáceo.
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