Puede que cuando vuelva
ya esté muerto,
me doy esos gustos
de vez en cuando.
Veo vasos con agua de ayer,
con luces dormidas, tiernas.
Es bello el luto de los bostezos,
las horas se vuelven café con leche,
un cúmulo de intensas latitudes me dibujan una sonrisa.
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