como se me escapa de las manos.
Me busca, lo busco, nos merodeamos
y ahora extasiado
lo termino.
Le urge ser violaceo,
atardecer en las teclas de la computadora,
no me pide permiso
quiere salir a tomar el poco sol que queda.
Escribo un poco nervios,
un poco sorpresa,
música clavada en mi pecho,
música que me impide respirar tu pelo,
sigue fluyendo el poema
y yo acá, sintiendo.
Hace tiempo ya, que el miedo me persigue. Yo, como un boxeador experimentado, me escondo, me escabuyo y golpeo. Juego de piernas, la cadera que va y viene. Cintura, uppercut, cross... El miedo insiste en buscarme pero cuando lo veo a los ojos, no pude serle infiel a su naturaleza y huye. Ahí lo corro yo. Algún día te voy a agarrar.
II
Espumas de cielo,
esquilas de un amor celeste
que llueven sobre los labios.
ya del otro lado de la canción,
nos quedamos parados,
caemos sangre
nos amamos sueño,
ultrajados por el vendaval de la tarde,
ropa que sobra,
piel
mucha,
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