Pude pelearme con los oscuros y marrones infiernos y acá estoy. Creo que uno nunca sale del todo entero de esos arrabales.
El tibio valor de las olas
es solo el precio de los inocentes.
odio cromado
entre piernas,
círculos y bellos polígonos de hiel.
las hojas nacen tenues
cenizas de las veredas,
salpican al viento
con su imprudencia y duermen.
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