el cielo y los infiernos,
Santa Clara acompaña y
dulcifica nuestra fe
batallas angelicales,
se libran en tus manos
de barro y sol,
entre tus dedos de luna
diste brillo a retazos
enfrentando
músculos amargos,
eterna constructora,
llorando ideas
diste y das
el placer de lo único.
Como lo dice el título, este poema va dedicado a mi vieja, que no solo es adorada por mi, sino que la considero una gran artista.
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