Muchas veces, los pájaros nocturos auguraron el viaje. Muchas veces no me detuve a pensar el camino, sinceramente no podía parar. Algún día lo tenía que hacer. Y no niego que me asusta. Descansar en uno es raro. Supongo que me tengo que sentir bien.
Puedo acpetar el hecho de que los caminos solitarios son los verdaderos, que la compañía es sana, pero es eso, compañía. Uno no puede ni debe caminar en el otro, sino con el otro. Y a veces hay que nadar hasta la mitad de la pileta y mirar al techo. A los pochazos se dirá, pero hoy llegué a la mitad de la pileta. Recordé esa sensación rara que es para mi la de la flotación.
Duele sentir que el filo se fue,
ya no soy cuchillo,
el brillo se aleja,
ya no estiro los brazos.
Mis saludos para el querido P.A.Hess
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