viernes, 10 de septiembre de 2010

Esperanza

Hace días, por no decir semanas en que mi vida es como una revolución constante. Una día, la bandera amarilla y verde flamea victoria. Al otro, colores horrendos se pasean por los balcones de mi casa de gobeirno.
Pienso y lato (no está bien, pero la realidad es que soy una suerte de hombre-corazón que late y late) y en cada latido, las revoluciones, y en cada latido, el miedo de volver, de ir, de estar en medio de todo, siempre yendo. ¿llegué a algún lado?¿es necesario llegar?

Volando entre prisiones y alas oscurecidas,
pululo mi vida
la persigo
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Hay tres colores en mi cabeza
(amarillo, verde y bermellón)
tratando de decir.

Hoy me detuve en un beso,
hoy me fui refugiado en tus labios.

Tantas Noches tornazuladas (palaba que tampoco se si existe)
pigmentos de estrellas
la fiebre es santa

Me gusta sentir al tiempo morir,
y quedarme jsuto en el medio.



1 comentario:

M.R.D.? dijo...

me encanto la idea de "hombre-corazon" super grafica,muy humana... y rara vez contemporanea.

las revoluciones aunque anarquicas, son a veces necesarias, a veces limpian.
que te sea leve!

"la fiebre es santa"... genial!
besos