Con algo de Constancia

Logré superar la barrera del exito inicial, de quedarme viendo lo que hice sin seguir. Hoy quiero comentarles que acabo de terminar un libro llamado "La historia de la estupidez humana" de Paul Tabori. Por momentos me sentí tan identificado, poruqe la realidad es que estupideces las hacemos todos y por el otro, porque el trabajo que hizo el autor fue genial. Urgó cuánto libro, documento, diario encontró para mostrarnos que la estupidez es una característica muy nuestra y que nos esforzamos muchísimo por maquillar en nombre de la etiqueta, los buenos modales, el amor o el orden. Además de dejar en claro lo que dije con anterioridad - al menos eso me hizo sentir el autor - deja una serie de datos y anécdotas más que jugosas, del estilo de las cosas que cuenta - o solía contar, la verdad ya no lo escucho - Alejandro Dolina.
Los capítulos "La estupidez del papeleo", "La estupidez de la Justicia" no tienen desperdicio.
Dejo como pregunta:
¿La estupidez humana tiene cura o nos termina matando?, lamentablemente estamos más cerca de lo segundo, y no creo que sean peligrosamente solo los Bush, los Rodrigo Ratto, los Sarkozy, lo que es peor, el mundo está alineado y completamente masificado en pos de la desaparición de la diversidad cultural, con todo lo que ello implica. Las ciudad usufructúan al campo y marginan a sus trabajadores. Muchos viven licenciosamente, alienados, gastando plata en tapar su miserable realidad espiritual. Diciendo esto quiero resaltar que muchas personas tiene problemas, y no tiene la más mínima intención de buscarse internamente, viven "cómodos" en una nube de glamour y snobismo. Ver todas estas cosas, mínimas fotos de un mundo decadente, me da un panorama más real de lo que es este Capitalismo canibal, que no solo buscar lograr que las bolsas de valores funciones, que los índices den bien, también absorben las almas de las personas, anulan todo intento de individualidad o lo absorben -un claro ejemplo de esto es la "Cultura Hippie", antes repudiada por el establishment, ahora usada por grandes diseñadores para sus colecciones veraniegas - y no paran de obtener beneficios.