lunes, 2 de agosto de 2010

Siempre con el Obelisco de testigo

¿Qué pensaría don Roberto de esta vista hermosa?, de tantos glóbulos blacos y rojos que van y vienen, de una avenida tan populosa. Los ojos se me secan constantemente por que la luz arremete impiadosa, no me da tiempo a ver todo. Día tras día, pululo las terrazas cercanas, me le animo a algún ascensor-descensor y recorro los edicios. Los días de sol, suelo saltar al vació, es como que si bien la lluvia es bendición, la lluvia es un bautismo con la naturaleza, el sol me baña de una confianza fotosintética.
De a poco, me empiezo a atragantar con mis ideas, las pa la bras se en tre cor t an, y me disperso. Pero la avenida sigue ahí, tan abierta y misteriosa. Desde Constitución hasta la plaza de los catalanes, el mundo se pierde en lo visible de su asfalto y en la desnudez y crudeza de sus vientos, amos y señores de la arteria.

Por suerte, ya no tengo que vagar lidiando con esa desnudez de la independencia para verte, por suerte estás ahí a la vera del viento, enputuflada y genial, simpática y mortal para mi egoismo.

te adoro Nena

...........Strawberry swing.........y el cielo anaranjado, pero de ese narjanja medio verdoso y amarillos al mismo tiempo, llueven obvias frutillas, llueven semillas rojas, sobre el camino, pasos de ocre y miel, en un instante mudo y estático......

creo que me voy..., me quiero ir,,,

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