Se disparan tus labios
al pecho del tiempo,
su muerte es solo un detalle.
Una multitud
de rayos,
sueño
suelos,
y me pensás miedo.
Salitres y muebles,
en medio del trueno
se aman los locos.
Puse el poema primero para que no se escapen y lo lean, (risas).
Hoy busco en ustedes, lectores amigos, una pista, un rasgo característico, un abrazo cibernético. ¿Está mal pedir mimos?, la oficina silenciosa contagia con su bruma y su sed. La radio irrumpe, el sol ventila, esfuma. A la vera del un obelisco les digo mis amigos, que lindo es escribir, soltar las manos, y dejar que el juzgamiento se vuelva una excusa para encontrarnos, acá, en un café, rica espuma con azúcar, mesa que se mueve, teclas que suenan, papeles. Los quiero
1 comentario:
Si hay algo que disfruto pero paradójicamente a veces me congela, es la sensibilidad que el arte acarrea.
¿Qué le anda pasando colega?
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